Luis Arias Argüelles-Meres
Toma paradoja! Autonomía uniprovincial y, sin embargo, cifra record de comparecientes en una Comisión parlamentaria de investigación. ¡Toma paradoja! Es el escándalo de corrupción política que menos ha trascendido en el ámbito estatal, por mucho que se haya llevado a un todopoderoso ex consejero a la cárcel. ¡Toma paradoja! La susodicha Comisión se va a escenificar en un contexto en el que gobierna el mismo partido que protagonizó los hechos a dilucidar, aunque quien preside el actual Gobierno no se dedicaba a tareas ejecutivas cuando el escándalo se produjo. Uno es escéptico ante lo que puede dar de sí cualquier comisión parlamentaria.
Uno está persuadido que tendrá más de espectáculo político que de eficacia.
Uno no tiene una gran confianza en que haya una verdadera voluntad de
regeneración de la vida pública cuando no se ha renunciado al nepotismo. Y, en
el mejor de los casos, resulta poco creíble que gran parte de los que entonces
miraron hacia otro lado se erijan ahora en paladines de la transparencia.
¡Ay!
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