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miércoles, 17 de febrero de 2010

LA CORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA Y LOS RESIDUOS TÓXICOS

















Gatopardo

La exquisita amalgama de políticos corruptos, funcionarios mal pagados y sobornables, organismos estatales y gubernamentales colapsados por leyes estrambóticas y una burocracia churrigueresca, Juzgados sumergidos bajo toneladas de papel, que sólo conocen el editor de textos de los pocos ordenadores que les han sido asignados, unos ciudadanos que aguantan heroicamente su cobardía, Ayuntamientos formados por ediles displicentes con la Ley de Administración Local, el Derecho Administrativo y desconocedores de la Contabilidad Pública, de costos, Fiscal, Administrativa, por actividades, de flujo, fiduciaria, e incluso de la contabilidad general de empresa, porque lo que los aupó al cargo fue el dominio de la zancadilla, la zorrería, el espíritu de secta, la falta de sentido del ridículo y el desprecio al bien común y no sus dotes como gestores, han contribuido a crear una democracia al servicio de los intereses mafiosos, en la que la principal riqueza no proviene de la industria sino de la especulación, que no está basada en las leyes de mercado, en el precio real de la mercancía, sino en su encarecimiento artificial, que permite repartir dividendos entre los corruptos que han contribuido a despojar los bienes y necesidades de su dimensión real.

Un ejemplo: España produce más de treinta millones de toneladas anuales de residuos tóxicos y peligrosos, lo que implica unos 350 kilos al año por habitante, y mueve más de dos mil millones de euros al año.

En Italia, dice Francesca Colombo , el tráfico de residuos tóxicos, peligroso para la salud de los habitantes y del medio ambiente de este país, -entre basura urbana y desechos peligrosos-, (...) está en Italia en en manos de organizaciones criminales, como la "cosa nostra" de Sicilia, "La ’ndreghetta reggina" de Calabria, la "sacra corona" de Puglia o la "camorra" napolitana, encargadas de la recogida, el almacenamiento y el reciclaje.

En España, la mafia tiene un su paraiso de blanqueo de dinero procedente del crimen organizado, gracias a las deficiencias de los organismos de control. Su dinero sucio se lava en el sistema financiero, en el sector inmobiliario, en el comercio, en el sector terciario y la industria, y, desde hace un tiempo, también en las empresas de basuras y de tratamiento de residuos peligrosos, que trabajan bajo contratas y mediante concurso público, con las consabidas comisiones a los políticos y sus partidos. Las empresas que no participan en estos enjuagues suelen quedar, antes o después, marginadas.

La eliminación de basura tóxica es un negocio en auge, y las empresas encargadas pueden utilizar diversos procedimientos para deshacerse de residuos tóxico o peligrosos, como los de la industria metalúrgica, la escoria procedente de los filtros, consistente en metales pesados, los transformadores con refrigerantes peligrosos como el PBC, los vertidos de curtición, los productos químicos y farmacéuticos, las pilas, el aceite industrial, etc. El método más usual es falsificar los certificados y convertirlos en residuos domiciliarios, y alterar los permisos de transporte para trasladarlos de una región a otra y descargarlos en canteras de construcción, parques naturales protegidos, ríos, grutas, excavaciones en montañas, terrenos agrícolas abandonados. Aquí como en Italia, hacen un agujero, los depositan, y los cubren con tierra. Y se inicia el proceso irreversible que acaba, por filtración, en las aguas subterráneas. (1) El ciclo letal termina cuando usamos esa agua contaminada para beber o regar los campos de cultivo, y se disparan los casos inexplicables de cáncer y enfermedades de etiología desconocida.

Nuestros ríos contienen cantidades alarmantes de ibuprofeno , uno de los analgésicos estrella, y de estrógenos , provenientes de la orina de los millones de mujeres en edad fértil que toman anticonceptivos, pesticidas y herbicidas agrícolas, tan fuera de control como si nunca hubiéramos oído hablar de sus efectos nocivos, y todo eso desemboca al mar, degradando al extraordinario mosaico que guarda los secretos de la vida en nuestro planeta, aún por desentrañar, como el efecto anticanceroso del tunicado marino Ecteinascidia turbinata, que la empresa farmacéutica Zeltia, con la marca Yondelis tiene en fase avanzada de investigación para el tratamiento del cáncer.

Actualmente, a las playas y las costas españolas llegan numerosos cadáveres de especies marinas, y en nuestros campos también han aumentado significativamente los cadáveres de aves, y de mamiferos, que son augurios de lo que se está desencadenando en nuestro medio. No parece una casualidad que en una de las playas más degradadas de la costa mediterránea, y una de las ciudades víctima de la especulación urbanística, Torrevieja , se den casos cada vez mayores de afecciones víricas y dermatológicas, con un aumento significativo de cáncer, y que, a pocos kilómetros, en Orihuela, se hayan detectado más de treinta vertederos incontrolados en una inspección realizada por los alumnos de un Instituto de Enseñanza Media , mientras que los responsables de Sanidad y Medio Ambiente los ignoran.

Quizás porque si se investigara tendrían que controlar a las empresas que reciclan y eliminan los residuos tóxicos y peligrosos, en aplicación de la batería de leyes que no se cumplen, y tendrían que responder ante los tribunales los que se enriquecen con su tolerancia en el ámbito político, los empresarios mafiosos que se benefician, y los ciudadanos que se toman a chufla a los ecologistas, y cobran para que puedan enterrar en sus barbechos los residuos tóxicos y peligrosos. Y porque los mismos políticos que legislan y aprueban las leyes son los que impiden que funcionen los organismos de control, se lucran con las empresas que reparten sobornos y abaratan costos incumpliendo las normas.

El ciclo de la corrupción abarca suficientes aspectos de la realidad como para que ya sea indiscriminadamente letal. (2)

Gatopardo

(1) Una investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado que hay entre 200.000 y 360.000 toneladas de residuos tóxicos en el cauce y en la orilla del río Ebro entre Riba-roja y Flix. El estudio incluye tres posibles medidas para paliar esta situación: construir un muro de contención para trasladar los residuos, desviar el río o construir un sarcófago para sellar los residuos. El problema que se plantea es que todas las propuestas son muy caras, unos 90 millones de euros, por lo que podría financiarse con fondos europeos. Por otro lado, el informe revela que el agua aún no está contaminada, pero que los restos son visibles en la superficie.
Por ello los autores del informe estiman que el material radioactivo no presenta, por el momento, peligro inmediato, pero sí lo tendría en caso de tormentas importantes o algún incidente o escape en el pantano de Flix. Los residuos se reparten de la siguiente manera: hay de 90 a 180 toneladas de metales pesados, como el mercurio, y unas diez de organocloratos como el DDT, así como miles de toneladas de materiales radioactivos como la fosforita, utilizada en la fabricación de piensos animales.

(2) En el Río Tinto, en Huelva, debido a las toneladas de vertidos altamente contaminados de las empresas químicas, se acumulan más de 120 millones de toneladas de residuos tóxicos y radiactivos, que hacen que Huelva sea la zona de España con mayor tasa de morbilidad por cáncer. A la par se sitúa la cuenca del Ebro, con las 300.000 toneladas de residuos peligrosos de Ercros depositadas dentro del cauce del río, del que se abastece una población cercana al medio millón de personas.

Foto: Petirrojo vía www.fotolibre.org

2 comentarios:

  1. Gracias por haceros eco.

    Y no rebléis: es necesario una ciudadanía que no renuncie a la defensa de sus derechos.

    Saludos cordiales

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  2. A parte de ibuprofeno y otros medicamentos y residuos tóxicos que se encuentrana en los rios, tambien parece que se encuentra cocaína.

    Vaya sociedad estamos creando.

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